jueves, 9 de abril de 2015

La depresión en los Hombres (Parte I)

La depresión en los Hombres (Parte I)

Espinosa Muñoz, Consuelo.



“Llevo una racha muy mala, lo veo todo negro y sin salida. Tengo el ánimo muy bajo y la autoestima por los suelos. No veo solución a mi situación. Desde que me jubilaron he dejado de salir con los amigos, y de hacer las cosas que me gustaban. Es como si mi vida no tuviera sentido. Ya no voy los domingos al campo con la familia ni veo el futbol en el bar con los amigos. No tengo planes de futuro ni proyectos que me ilusionen. Incluso he pensado que la vida ya no tiene sentido para mí y que no me importaría morirme”.
  

¿QUÉ ES UNA DEPRESIÓN?
El hecho de sentirse triste, “deprimido”, de tener “pensamientos negativo” o dificultad para dormir no significa necesariamente que usted sufra una depresión. Los momentos de tristeza, de duda o cuestionamiento forman parte de la vida. A lo largo de la vida y en relación con los acontecimientos que nos van sucediendo, las personas experimentamos una amplia gama de sentimientos, del más triste al más optimista.
Dentro de esta variedad de emociones, la tristeza, el desánimo y la desesperación son experiencias humanas normales. Estas disminuciones en el estado de ánimo no deben confundirse con las que experimenta una persona deprimida.

La depresión es un trastorno médico serio que afecta el organismo, el estado de ánimo y los pensamientos. Afecta la manera de comer y dormir, la percepción que uno tiene de sí mismo y la manera de pensar. Las personas que tienen depresión no mejoran por sí solas. Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses o años. Sin embargo, con un tratamiento apropiado, que generalmente incluye medicamentos y/o psicoterapia a corto plazo, la mayoría de personas que sufren de depresión mejoran.


¿Qué personas corren mayor riesgo de  desarrollar depresión?
Cualquier persona puede sufrir depresión, sin importar su edad, grupo étnico, estado socioeconómico o género; sin embargo, los estudios de investigación en gran escala han descubierto que el doble de mujeres sufren de depresión con respecto a la cantidad de hombres afectados por esta enfermedad. En México, los resultados de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica 2, indicaron que el 4.5% de las mujeres y el 2.0% de los hombres sufren de depresión. No obstante, no está claro por qué la depresión afecta de manera desigual a los hombres y a las mujeres.

¿Cuáles son las causas de la depresión?
Frente a una depresión, a menudo se buscan explicaciones y las primeras preguntas que surgen son: “¿Por qué yo?, ¿Qué es lo que me ha pasado?, ¿A qué es debido?, ¿Qué he hecho?“. La necesidad de comprender y darle sentido a lo que nos sucede es un proceso natural, especialmente en relación con las experiencias dolorosas. Es frecuente también  recurrir a explicaciones que podrían parecer posibles. Se piensa en  causas externas (“Es por los problemas que tengo con mis hijos/as”, ”Si mi madre viviera no tendría estos problemas”, ”Es por los problemas económicos”) o a causas internas (“Es culpa mía”, ”No gusto lo suficiente”, ”No sé hacer mi trabajo”).
Sin embargo, estas interpretaciones están a menudo muy lejos de las “causas reales “ de la depresión y  a menudo son un obstáculo para el tratamiento y la curación, retrasando la consulta al médico. La depresión, como la mayoría  de las enfermedades psíquicas, no está causada por  un solo factor sino que  es el resultado de un conjunto de mecanismos de  diferente naturaleza que todavía no se conocen completamente.
Por lo general, se considera que existen “factores” biológicos, psicológicos y ambientales  (aquéllos  relacionados con el entorno social o la familia). Algunos de ellos pueden actuar bastante antes de que se presente la depresión, ellos “preparan el terreno” y se les conoce como factores de riesgo (o vulnerabilidad). Por ejemplo, el hecho de tener un padre o una madre que ha sufrido depresión aumentaría el riesgo de poder verse afectado por la enfermedad. Del mismo modo, el haber vivido acontecimientos traumáticos o conflictos graves en la familia durante la primera infancia está asociado con un mayor riesgo de depresión en la edad adulta.
Otros actúan justo antes de la depresión, la desencadenan y se les se conoce como factores precipitantes.
Por otro lado la investigación biomédica incluyendo la genética y la tecnología de imágenes del cerebro ahora permite que los científicos observen directamente cómo un tratamiento eficaz con medicamentos o psicoterapia produce cambios de la actividad cerebral.

Tipos de depresión
 La depresión se presenta en varias formas, al igual que otras enfermedades, como las enfermedades cardíacas. Dentro de estos tipos hay variaciones en el número de síntomas, su severidad y persistencia.

La depresión mayor (o trastorno depresivo mayor) se manifiesta con una combinación de síntomas (vea la lista de síntomas a continuación) que interfieren con la capacidad de trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de las actividades que antes eran placenteras. Un episodio depresivo mayor puede ocurrir una sola vez, pero con frecuencia ocurren varios episodios durante el transcurso de la vida. En el caso de depresión mayor crónica, es posible que la persona afectada necesite continuar con el tratamiento indefinidamente.
 Un tipo menos severo de depresión, la distimia (o trastorno distímico), se manifiesta con síntomas duraderos que no incapacitan seriamente, pero impiden que la persona afectada funcione bien o se sienta bien. Muchas personas con distimia también sufren episodios depresivos mayores en algunas etapas de la vida. Otro tipo de enfermedad depresiva es el trastorno bipolar (o trastorno maníaco-depresivo).

El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: estados de euforia (manía) y de decaimiento (depresión) severos, a menudo con períodos de estado de ánimo normal entre éstos. Algunas veces los cambios en el estado de ánimo son drásticos y rápidos, pero generalmente son graduales. Una persona, cuando está en el ciclo depresivo, puede tener uno o todos los síntomas de depresión. En el ciclo de manía, la persona puede presentar síntomas de hiperactividad, hablar demasiado y tener mucha energía. La manía generalmente afecta el pensamiento, el criterio y el comportamiento social en maneras que causan problemas graves y vergüenza. Por ejemplo, una persona en la fase de manía puede sentirse entusiasmada, llena de grandes proyectos que pueden incluir desde decisiones de negocio imprudentes hasta escapadas románticas y relaciones sexuales riesgosas. La manía, si no se trata, puede empeorar y convertirse en un estado psicótico.

Los síntomas de depresión   en los hombres
No todas las personas que sufren depresión o manía manifiestan todos los síntomas. Algunos tienen pocos síntomas, mientras que otros pueden tener muchos. La severidad de los síntomas varía de una persona a otra y también puede variar con el transcurso del tiempo.

La depresión
•Persistente tristeza, ansiedad o sentirse “vacío”
•Sentimientos de desesperación, pesimismo
•Sentimientos de culpa, inutilidad, impotencia
 •Pérdida de interés o aplacer en pasatiempos favoritos y actividades que antes disfrutaba, incluyendo las relaciones sexuales
•Falta de energía, fatiga, sensación de letargo, dejadez o flojera
•Dificultad para concentrarse y tomar decisiones, mala memoria
•Problemas de sueño, se despierta muy temprano en la mañana, o duerme demasiado
•Cambios en el apetito y/o peso
•Pensamientos de muerte o suicidio, o intentos de suicidio
•Inquietud, irritabilidad
•Síntomas físicos persistentes tales como dolores de cabeza, trastornos digestivos y dolores crónicos que no responden a tratamientos de rutina.



La manía
•Exaltación anormal o excesiva
•Irritabilidad inusual
•Menos necesidad de dormir

•Ideas de grandiosidad
 •Aumento en el hablar
•Pensamientos acelerados

•Mayor deseo sexual
•Energía considerablemente mayor
•Falta de criterio
•Comportamiento social inapropiado En el caso de los hombres, generalmente expresan su depresión con síntomas de fatiga, irritabilidad, pérdida de interés en el trabajo o pasatiempos favoritos y problemas de sueño, a diferencia de sentimientos de tristeza, que es una manifestación que sobre todo presentan las mujeres. Es decir, si bien tanto los hombres como las mujeres pueden desarrollar los síntomas típicos de la depresión, a menudo sienten la depresión de manera diferente y pueden tener diferentes formas de expresar los síntomas.



USO DE SUSTANCIAS
Los hombres tienden a reportar más que las mujeres el abuso de alcohol y drogas o dependencia en el transcurso de sus vidas. Sin embargo, existe debate entre los investigadores respecto a si el uso de sustancias tóxicas, es un “síntoma” de depresión subyacente en los hombres o es un trastorno que ocurre conjuntamente y se desarrolla con mayor frecuencia en ellos. Datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en México señalan que una tercera parte de las personas con trastornos por abuso de sustancias tenían también un trastorno del afecto y que alrededor de  la mitad de los hombres con abuso o dependencia a sustancias habían presentado antes un cuadro depresivo.


El uso de sustancias tóxicas puede ocultar la depresión, haciendo que sea más difícil reconocerla como una enfermedad separada que necesita tratamiento.  En lugar de reconocer sus síntomas, pedir ayuda o solicitar el tratamiento apropiado, los hombres pueden recurrir al alcohol o a las drogas cuando están deprimidos, frustrados, desanimados, enojados, irritados y algunas veces violentamente abusivos. Algunos hombres enfrentan la depresión dedicándose de manera compulsiva a su trabajo, tratando de ocultar la depresión a sí mismos, la familia y los amigos; otros hombres pueden responder a la depresión mostrando comportamiento temerario, es decir arriesgándose y poniéndose en situaciones peligrosas.

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