jueves, 30 de abril de 2015

Manejo de la religiosidad en la intervención clínica y de la salud.

Manejo de la religiosidad en la intervención clínica y de la salud.

 Garza Martínez, Silvia G.



Introducción.

          El proceso de emancipación de la Psicología como disciplina científica, separándose de la teología y ofreciendo niveles científicos equiparables a otras ciencias, ha sido lento pero profundo y minucioso. Sin embargo, ante esta búsqueda de la cientificidad, durante mucho tiempo se erradicó la dimensión religiosa/espiritual del hombre, quedando a la deriva la comprensión de sus motivaciones intrínsecas. En las últimas décadas, los estudiosos de las nuevas propuestas en Psicología han incluido, en el entendimiento integral del hombre, esta dimensión, encontrando elementos útiles, a la vez que se ha analizado la necesidad de formar al terapeuta en la apertura a los temas religioso/espirituales, sin perder su criterio profesional. El manejo de estos aspectos en la terapia ha proporcionado un complemento enriquecedor física y emocionalmente.



Resurgimiento de la dimensión religiosa/espiritual en la Psicología.

          Desde la antigüedad, la religión y la espiritualidad han tenido una fuerte relación con los temas científicos. Lo mismo ha pasado en el campo de la Psicología, reconocida actualmente como ciencia, la cual tiene sus raíces históricas en filosofías que la relacionan considerablemente con la religión. Si se analizan las diferentes fuentes de información a las que se puede tener acceso hoy en día, puede observarse, de acuerdo con Yoffe (2012), que en el transcurso de la historia de la humanidad, la religión y la espiritualidad fueron parte de la experiencia humana; sin embargo, siglos atrás fueron separadas la Psicología y la Religión, creyendo que al abordar los temas relacionados con la fe se entraría en el campo de la filosofía y la moral, dejando así de ser un problema científico
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Pero en los últimos cien años, algunos estudiosos de la psicología desarrollaron las primeras investigaciones dentro del área científica que fuera denominada “Psicología de la Religión”, misma que surgió en Europa y en los Estados Unidos a comienzos del siglo XX. Posteriormente se incluyó el estudio de la espiritualidad, pasando esta área a denominarse “Psicología de la Religión y de la Espiritualidad”, centrándose en temas como: la experiencia religiosa, la conversión, la fe, las prácticas y las creencias religiosas y espirituales, los diversos modos de participación religiosa y de afrontamiento religioso.





Impacto del valor religioso en la salud integral del ser humano.
          El descuido de una formación integral, del cultivo de valores, de búsqueda del sentido de la vida y la necesidad de trascender, hace que las instituciones educativas, ya sean colegios, institutos o universidades, no respondan a su rol de formadores de la persona humana, sino que se queden básicamente restringidos a la formación de los aspectos cognitivos, como si esa fuera su única misión, descuidando lo demás; esta lamentable realidad la encontramos desde los niños que cursando sus primeros años, ya son víctimas de bullying, maltratos, intolerancias y violencia, incluso hasta en los grupos más avanzados en la formación como son los estudiantes universitarios (Salgado, 2012). Excluir el valor religioso en la formación de la sociedad ha excluido también los valores en la integridad del ser humano, llevándolo a consecuencias que repercuten en la convivencia y en los hábitos cotidianos, así como en su salud y el bienestar integral.


Manejo de la religiosidad en la práctica clínica.
Los valores religiosos, cuando aparecen en la consulta psicológica, raramente son abordados por el terapeuta, sin embargo, es necesario hacerlo cuando las creencias del paciente afectan de manera importante a su conducta y a sus emociones. Si se abordan, el terapeuta debe mantener una posición neutra, sin dar a conocer sus creencias y por supuesto no debe juzgar o valorar los de su paciente, al contrario, es necesario analizar la posible incidencia de las creencias del paciente sobre los problemas que está tratando (Díaz & Cano, 2001).

Para estos casos, es conveniente que el profesional de la salud mental, sin prejuicios, tenga disposición para introducirse, al menos teóricamente, en los elementos que forman parte de las creencias del paciente, lo cual le permita conocer con mayor claridad los aspectos relacionados con el contenido religioso que influyen en la estructura de pensamiento. Conocer la calidad de la relación con un poder superior asumida por las personas que asisten a terapia puede ayudar al terapeuta a entender los problemas psicológicos e interpersonales de las mismas (Richards & Bergin, 1997).

Impacto de la religiosidad/espiritualidad en el manejo de las pérdidas.

De acuerdo con Varela (2003), recientemente se entiende el fenómeno del duelo como el estado psicológico y afectivo que afecta a la persona que ha sufrido una pérdida significativa.  En efecto, el duelo como luto es un fenómeno profundamente humano que toca los sentimientos más hondos de la persona. Sobre esta misma línea, se entiende lo espiritual como el ámbito en donde la persona cuestiona y busca respuesta sobre el sentido de la vida, como la dimensión en la que se viven los valores decisivos que influyen en las opciones fundamentales de sí mismo; el progreso que se dé en la asimilación del duelo en el ámbito religioso/espiritual, suele repercutir positivamente en los demás ámbitos, el físico, el psicológico, y el social.

Entiéndase que el duelo por la muerte de un ser querido es la experiencia de la pérdida de algo valioso que se sitúa en la realidad central de la persona, de manera sobresaliente en el centro de su experiencia espiritual. El dolor por la pérdida de una persona amada puede, sin embargo, cuando el proceso es resuelto con coherencia, conducir a una nueva forma de vida, con mayor claridad de pensamiento, incluso a momentos de catarsis y cambios (Varela, 2003).


Aspecto religioso en padecimientos crónicos.
En los casos en que la persona experimenta un padecimiento crónico, la religiosidad puede llegar a ser un factor predisponente para mantener un estilo de afrontamiento óptimo, y por consecuencia, un óptimo manejo de la enfermedad. El sujeto religioso sentirá que no está solo, como tampoco que la divinidad actúa por sí misma, ya que confía en la posibilidad de un trabajo conjunto de colaboración entre ambos, y en la responsabilidad compartida con Dios u otro ser superior. El estilo de afrontamiento religioso colaborador se asocia a un mayor nivel de competencia personal, así como a beneficios y efectos positivos como una menor cantidad de síntomas de enfermedad, menores niveles de ansiedad y menores sentimientos de culpa (Yoffe, 2003).


Elemento religioso/espiritual y comportamientos resilientes.


En la literatura científica poco a poco se ha encontrado que las personas con creencias y prácticas religiosas o espirituales tienen un mayor desarrollo de comportamientos resilientes, los cuales empoderan a la persona para ser capaz de hacer frente a las circunstancias estresantes. Por ejemplo, en el estudio sobre religiosidad/espiritualidad y comportamientos resilientes de Barbosa (2012), se recolectó y analizó a través de entrevistas semidirigidas datos basados en teóricos de la sociología y de la antropología de la religión y  salud, de la resiliencia y de la psicología. En dicho estudio se encontró que las creencias religiosas y/o espirituales pueden permitir la comprensión, el significado y la gestión de las adversidades; así mismo, la religiosidad/espiritualidad parece favorecer una actitud de acogimiento, de empoderamiento y sentido de la vida.



Conclusión.

Cuando en la práctica clínica se habla de aspectos religiosos y espirituales del ser humano se puede abordar una parte importante del paciente, la cual pudiera tener una marcada relación con sus conflictos o sus fortalezas. Este aspecto abordado en la consulta clínica implica poseer un criterio profesional que permita permanecer neutral y a la vez ser capaz de detectar aquellas prácticas y creencias que influyan, ya sea positiva o negativamente, sobre su proceso terapéutico y canalizarlos de una manera efectiva.

Si usted cree que necesita ayuda llame o acuda a:
Boulevard Tamaulipas (Calle 8), 
entre Veracruz y Olivia Ramirez #1530 
Fracc. Sierra Gorda
Tel: 834-152-0040

Referencias.

Barbosa, R. (2012). Religiosidad/espiritualidad y comportamientos resilientes. IV Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XIX Jornadas de Investigación VIII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Buenos Aires, Argentina.

Díaz, E., & Cano, A. (Febrero. de 2001). Religiosidad en el ambiente familiar en dos casos de pacientes con ansiedad. Recuperado el 27 de Febrero de 2015, de Bibliopsiquis.: http://www.psiquiatria.com/bibliopsiquis/handle/10401/1763
Richards, P. S., & Bergin, A. E. (1997). Una estrategia espiritual para el asesoramiento y la psicoterapia. Washington: Asociación Americana de Psicología.
Salgado, A. (2012). Efectos del bienestar espiritual sobre la resiliencia en estudiantes universitarios de Argentina, Bolivia, Perú y República Dominicana. Lima, Perú: Univercidad Nacional Mayor de San Marcos.
Varela, V. (2003). Aspectos espirituales y religiosos del duelo por la muerte de un ser querido. México.
Yoffe, L. (2003). Efectos positivos de la religión y la espiritualidad en el afrontamiento de duelos. Psicodebate 7. Psicología, Cultura y Sociedad, 193-205.
Yoffe, L. (2012). Beneficios de las prácticas religiosas/espirituales en el duelo. Avances en Psicología, 9-30.



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